Esther, como se llama su mascota, llegó a la familia con fachada de ser un micro-cerdito pero ha crecido tanto que sus dueños han tenido que mudarse a una granja para crear suficiente espacio para ella y sus dos perros y un gato.
Así que Derek y Steve aprovechan para vender calendarios, postales y tazas del cerdito de color rosa. Seguro esto les ha de ayudar a mantenerla y es que a la semana gastan unos $46 dólares para su comida.
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